Concurría el año 1974 y a algunos les sorprendía el silencio alrededor de Led Zeppelin. La banda de hard rock que estaba dominando el mundo no daba pistas de su rastro y se llegó a especular sobre una posible separación en el punto más álgido de su trayectoria.
Lo cierto es que los británicos se encontraban en una evolución administrativa, ya que habían formado su sello musical propio (“Swan Song Records”) y se habían recluido a Headley Grange, casa de Campo en Hampshire, para improvisar y componer nuevos temas. De esas sesiones salió material de poco más de 20 minutos, por lo cual la banda decidió complementarlo con sesiones inéditas de sus 3 discos anteriores: Led Zeppelin III, Led Zeppelin IV y Houses of the Holy.
Robert Plant ha declarado más de una vez que este es el álbum que mejor los define. Robert Plant lo bautizó “Physical Graffiti” por su desgaste creativo y físico, y tiene además varias piezas que luego se convirtieron en fijas del repertorio en vivo de la banda. Una parada obligada para entender el hard rock de los años 70.