Getz/Gilberto: El Enlace de dos Géneros

Getz/Gilberto: El Enlace de dos Géneros

En el reverso de la versión en vinilo del legendario disco “Getz/Gilberto”, de 1963, se pueden leer párrafos escritos tanto por uno como por otro músico, donde confiesan que si bien la comunicación entre ambos era complicada con palabras, la música lo arreglaba todo. Su conexión musical estaba destinada a ser, así como la hermandad del Jazz y el Bossa Nova.

Antes de este álbum, el Bossa-Nova era un género recién naciente en el Brasil de comienzo de los 60. Joao Gilberto y Antonio Carlos Jobim eran apenas unos niños cuando sus melodías y las de Vinicius de Moraes revolucionaron la música de su país. Por otro lado, el jazz sufría una crisis existencial debido al apoderamiento del rock  en los Estados Unidos. 

Tony Bennett y Charlie Byrd emprendieron entonces un viaje a Brasil y se familiarizaron con el Bossa Nova. Se llevaron de vuelta a Norteamérica varios discos de Bossa Nova y se los presentaron a Stan Getz, que quedó fascinado y decidió incursionar en el género. Con el auge de la popularidad del Bossa Nova en Estados Unidos se planificó un evento el en Carnegie Hall de Nueva York para dar a conocer “el nuevo Jazz brasileño”. Allí asistieron Jobim, Gilberto, Sergio Mendes y otros. 

El productor del evento se empeñó en reunir a Gilberto con Stan Getz para lograr un trabajo histórico de hermandad entre ambos géneros, con lo cual se gestó uno de los discos inmortales de toda la historia, y el que consolidó la popularidad de la música brasileña en todo el mundo. “Garota de Ipanema” figura como el standard máximo del Bossa Nova, y uno de los temas más versionados de toda la historia.

Sin embargo, otras piezas como “Corcovado”, “Doralice” o “Desafinado” también forman parte del inconsciente colectivo de todo Brasil y cualquier seguidor del jazz. La participación novel de Astrud Gilberto en voces termina de convertir este disco en un trabajo inmortal que sigue siendo referencia a casi 60 años de su lanzamiento.