Para los fanáticos acérrimos tanto de la banda como del trash metal en general, este álbum siempre es motivo de discusión. Por un lado sostienen que es el disco con el que la banda perdió su esencia y se vendió al mainstream; pero por otro lado, es el disco más vendido en su género de todos los tiempos.
Con más de 500 mil copias en la primera semana sólo en Estados Unidos, claramente es la escalada al éxito para los californianos. Sin embargo también logró el apoyo generalizado de la crítica especializada, que argumentó que tanto en concepto de composición como de mezcla de sonido, es un album muy vanguardista y perfectamente interpretado.
Su productor Bob Rock empezó su época más fructífera con este disco, convirtiéndose en la eminencia del nuevo sonido del metal. Está repleto de éxitos conocidos hasta por los ajenos del género como “Enter Sandman” “Sad but True” “The Unforgiven” o “Nothing Else Matters”.
Si bien es cierto que su producción está influenciada por una metodología más comercial, Metallica llegó a lugares donde nunca había llegado con la realización de este disco, que incluso se convirtió en referencia para miles de bandas nuevas alrededor del mundo.